El proyecto europeo REC, que se desarrolló entre diciembre de 2018 y noviembre de 2021, tuvo como propósito principal involucrar a jóvenes en un proceso de reflexión profunda sobre diversas formas de violencia, incluyendo el acoso escolar, el ciberacoso, la violencia de género y el aislamiento social. A través de las artes plásticas y visuales, y de la creación de vídeos experimentales, el proyecto buscó empoderar a los jóvenes para prevenir situaciones de acoso, al tiempo que se fortalecían sus habilidades tecnológicas y socioemocionales, contribuyendo a su inserción laboral y desarrollo personal.

Más de 120 jóvenes de cinco países participaron en un programa de formación diseñado específicamente para este propósito, convirtiéndose en los primeros cineastas experimentales del proyecto. A lo largo de esta experiencia, los participantes crearon una colección única de vídeos experimentales contra la violencia, poniendo el arte al servicio del cambio social.

La pandemia de coronavirus interrumpió el desarrollo del programa en un momento crucial. Sin embargo, el equipo decidió adaptarse y avanzar, convencido de que detenerse no era una opción. Se implementaron nuevas estrategias, incluidas actividades virtuales, para seguir construyendo comunidades libres de violencia en un momento en el que la pandemia agravó problemas como la soledad, la ansiedad y el aislamiento en la juventud. Gracias a estas adaptaciones y a la extensión del proyecto, todas las actividades previstas se llevaron a cabo con éxito, demostrando que la creatividad puede superar cualquier obstáculo.

En este proyecto, mis acciones se centraron en combinar la metodología educativa con la práctica artística para fomentar espacios seguros y transformadores. Algunas de mis contribuciones clave fueron:

  • Facilitar el curso para formadores, aportando al diseño y conceptualización de la metodología REC.

  • Desarrollar contenidos para la "Guía Metodológica Jóvenes Contra la Violencia: Artes Plásticas y Visuales para la Creación de Vídeos Experimentales", un recurso clave del proyecto.

  • Crear y sostener espacios seguros donde los jóvenes pudieran explorar y reflexionar sobre temas de violencia a través de prácticas artísticas.

  • Promover la metodología REC en otros colectivos y contextos, ampliando su alcance y potencial transformador.

  • Diseñar e implementar talleres peer-to-peer, fomentando que los jóvenes transmitieran lo aprendido, fortaleciendo su protagonismo y liderazgo.

Mi participación fue integral, desde la conceptualización metodológica hasta la implementación práctica, asegurando que los objetivos del proyecto se tradujeran en experiencias significativas para los participantes. REC demostró ser una plataforma poderosa para que los jóvenes reimaginen la convivencia y construyan comunidades más justas e inclusivas.

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